Originalmente, hay un deseo de síntesis; la búsqueda de una unicidad y de una relación de interdependencia significante entre un contenido editorial y su diseño, entre la materia textual y su identidad visual, entre la actividad de investigación y la creación. Y una constatación: la falta de conocimiento sobre los enfoques contemporáneos o la falta de intromisión del grafismo y diseño editorial en el campo de las ciencias humanas. Más allá del deseo, era necesario antes que nada constituir un grupo alrededor de las ambiciones expuestas, para estimular la interdependencia entre los diferentes saberes.
Y finalmente, toda una táctica de relacionamiento se instaló poco a poco. Una escritura animada por un deseo de integración y de progreso, siguiendo un método editorial que asocia indistintamente figura, concepto, texto, imagen y que interroga sin cesar los equilibrios: entre inscribirse en un debate al cual intentamos participar y aislar el objeto por lo que es, sin ninguna otra pretensión; entre interpelar figuras por su aporte a la investigación pero también por lo que encarnan y representan; entre estimular la inter-subjetividad y establecer un protocolo estricto; entre hacer que la realización sea más sofisticada y preservar sin interferir en los resultados de los diferentes relacionamientos; entre las visiones individuales y la razón colectiva.
Una intuición igualmente, con respecto a un campo aun poco explorado en gran parte: el diseño editorial trabajando en la escenografía y en la organización de contenidos. Y empieza como una interrogación sobre la relación entre la escritura y las ciencias humanas. ¿Qué puede realizar el escrito en ciencias humanas – área en la que se enfrentan argumentos de orden ético, estético y científico, reforzado por oposiciones tales como la objetividad y la subjetividad, la ciencia y la literatura, el fondo y la forma – el grafismo, y el diseño editorial? Cuestionamientos análogos a los dos ámbitos, y ambos cuestionan a su vez el estatuto de la materia que es dada a ver y a leer – ¿obra de un autor o vehículo de un pensamiento e instrumento de transmisión? ¿Texto que se inscribe en una red o autonomía del autor y de su realización?
Una escritura en ciencias humanas revela concepciones, opiniones, actitudes, usos en su campo de acción, y valores y sentimientos atados a la escritura en sí de esos autores. Y es entonces a toda una realidad de lo escrito a la cual participan la tipografía, el grafismo y más ampliamente el diseño editorial. Con la diferencia esencial, aquí, que éste se encuentra libre y con nuevas responsabilidades. Así, ¿qué posturas se podría adoptar y testear – experimental, interpretativa, dialogada…? ¿Dar acceso a una actualidad de la investigación (estética y teórica) o practicar una relectura de los códigos de una historia en común? ¿Dónde se sitúa el equilibrio entre la necesidad de marcar identidad y posicionar la experiencia para no salirse del ámbito? ¿Y por lo tanto, sobre cuales presuposiciones basar toda la estrategia de cada obra y la de la colección en general? El paralelo y el relacionamiento – como lo es nd en su globalidad – permite en parte resolver el problema y efectuar una presentación de las orientaciones posibles. Como el concepto editorial « doble » en el cual el binoma permite repartir las combinaciones, los relacionamientos, las matices y desarrollar los modos de tratamiento: un remolino, una alternancia al exterior y al interior del libro, impulsando a sus diseñadores a reevaluar la experiencia, las críticas y los efectos. Y siempre basándose en el principio de la interdependencia, la multitud de preguntas técnicas planteadas por este objeto impone la necesidad de una correlación reforzada entre el área del diseño y la de la concepción editorial. Desarrollar un proyecto editorial y de diseño que enfoca su mirada en las ciencias humanas, equivale también a aportar a los sectores académicos y a la universidad – sometida a exigencias de forma, de seriedad y de protocolo – un nuevo soplo, mientras se le otorga de nuevo al arte su rol inicial de invención, de perturbación y de exploración. Las relaciones de poder así despejadas, la relectura y la interpretación de un formato universitario cobra todo su sentido y hace posible la creación de una experiencia visual e intelectual nueva. Es poco común, en el sentido en el que rara vez es posible abordar textos universitarios exigentes, sobre temas que otorgan nuevas posibilidades de comprensión, mientras se tiene acceso a una experiencia de diseño elaborada.
Si hiciera falta resumir, diríamos que « nouveau document » es a la vez la ambición de una aventura literaria en el objeto que construye y la historia que cuenta, una colección dedicada a figuras de la investigación en el sentido amplio de la palabra, y una asociación que defiende una concepción de la edición en ciencias humanas basada en un intercambio con los ámbitos del arte, del grafismo y del diseño editorial.